Guardé en mi corazón tu mirada
atesoré tu voz en mi pecho y tus caricias en el alma.
Cuando la puerta se cerró tras de ti, aquella madrugada,
me sumergí en nubes de música y cadencia.
Canté al mundo una nueva melodía en la mañana.
Y aún puedo decirte que me sobran ganas...
ganas... de contarte que tu sola presencia me
desarma…
Micam
No hay comentarios:
Publicar un comentario