martes, 6 de noviembre de 2012







Ni bien despertaba el alba

arreciaron los chubascos

y  las ráfagas de viento

estaban como alocadas.

Entrelazadas sus ramas

como  en caricias y abrazos

se balanceaban dos álamos…

parecían dos enamorados

bailando una linda zamba.

Cuando calmaban los vientos

muy  juntitos se quedaban,

como mirándose a los ojos

fundidos en una mirada.

Cualquiera hubiera pensado

que eran dos almas gemelas,

que en el amor se iniciaban.

                                 micam



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